La gran ciudad, con sus imponentes edificios, algunos de indudable belleza, a veces "se nos viene encima" con su frialdad que llega a oprimir.
Por eso, de vez en cuando, podemos encontrarnos con una simple fuente que alguien, con buen criterio, ha diseñado para que su agua nos proporcione un pequeño soplo de frescura y alivio.
Tal vez la foto no tenga un gran valor, pero me decidí a incluirla para recordar que, frente al progreso, un poco de agua nos recuerda que, más allá de los confines de la urbe, se encuentra la Naturaleza a la que debemos volver y preservar.
Por eso, de vez en cuando, podemos encontrarnos con una simple fuente que alguien, con buen criterio, ha diseñado para que su agua nos proporcione un pequeño soplo de frescura y alivio.
Tal vez la foto no tenga un gran valor, pero me decidí a incluirla para recordar que, frente al progreso, un poco de agua nos recuerda que, más allá de los confines de la urbe, se encuentra la Naturaleza a la que debemos volver y preservar.
5 comentarios:
¿Que te voy a decir de esta foto que no sepas?
Me gusta mucho el tono del desaturado. Hace que realce más la fuente.
Estos rincones son verdaderos oasis en la ciudad.
¡Besos!
El agua siempre da frescura y vida y tu en esta foto con el desaturado le das a la fuente la importancia que se merece.
Saludos.
Gracias, María Ángeles, por tus amables comentarios
Saludos
Agua, tan presente en nuestras vidas y en nuestros entornos.
Cada una tiene un correr diferente hasta el mar, pero todas terminan en el mismo lugar.
Algunas van arrastrando malezas y otras van calladas.
Algunas necesitan descansar entre meandros y otras necesitan regar campos para cultivar.
Mi querido Jota Ele, esta entrada es tan, tan hermosa.
Como tu, Lola.
Besos.
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