Seguramente, para algunas personas, el invierno es una estación con encanto. Respeto todas las opiniones, pero para mi es la estación que más tristeza me produce. Los días cortos, las noches largas, el frío, los cielos cubiertos, grises, no me dejan con el mejor estado de ánimo.
Hasta la nieve que vista desde el interior de unos cristales tiene un indudable belleza, una vez fuera resulta muy incómoda y hasta peligrosa, ya sea como peatón o conductor de un vehículo.
Por ello, con gran alegría, me atrevo a decir:
Adiós invierno, adiós.
Hasta la nieve que vista desde el interior de unos cristales tiene un indudable belleza, una vez fuera resulta muy incómoda y hasta peligrosa, ya sea como peatón o conductor de un vehículo.
Por ello, con gran alegría, me atrevo a decir:
Adiós invierno, adiós.
3 comentarios:
Jajajaja, pues a mi me apasiona, el invierno, el calor me pone de muy mal carácter.
Los días cortos, ea pues a trabajar menos, las noches largas, mmmmmmm, eso suena muy sugerente. La nieve, a jugar, congelarse y baño caliente, mmmmmmmmmmm, más sugerente.
Pero Jota Ele cómo dices que tu ánimo no es el mejor.
Te enviaré un manual de como vivr el invierno. Jajajajaj.
Un beso, con mucho hielo.
Pero, vamos a ver. ¿En qué quedamos? Te apasiona el invierno y vives en un sitio de calor. encima te pone de mal carácter. Vamos, ¡como para irse a vivir contigo al trópico!
¡Ja, ja, ja, ja!
claro que lo de las noches largas y el bañito caliente pues... sí, es más que sugerente.
¡No me tientes, no me tientes!
Espero ese manual.
Pues yo, un beso bien caliente. A ver si es verdad que se te pone tan mal carácter.
(¡Lo dudo!).
Pues digamos que por eso huí de Sevilla, cada año era peor.
A mi no me ves bajo el sol entre las 12 y las 19 horas, eso ni pensarlo, o me convierto en alien y me como a quien sea.
La playa por la mañana temprano o ver como se va el sol. Y aún así, me piden documentación de lo morenita que me pongo.
POr cierto la última vez que fui a Madrid, mes de julio, ohhhhhhhhhhhh, no salía del hotel hasta que el sol no me prometía irse.
Cuando me fuí me despedí con un
"anda mi "arma", que vaya chasca que te gastas Madricito".
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