
Paseando o caminando por la gran ciudad, nos podemos encontrar las cosas más insólitas.
Ésta que os muestro en la foto es una de ellas. Un "escribiente" había pintarrajeado en el suelo la frase "La tortura nunca será cultura". No hace falta pensar mucho para estar de acuerdo con él. Además de no ser cultura, la tortura es un hecho execrable e inmerecido para cualquier ser humano.
No obstante, tengo para mi que el "escribiente" pertenece a la recién creada plataforma antitaurina "La Tortura no es Cultura". Sin entrar a polemizar con argumentos sobre si "fiesta taurina sí o fiesta taurina no", aunque me encantaría, tengo que decir que esta gente consigue que me rechinen los dientes. Parece ser que, sin embargo, sí son partidarios del aborto libre. Debe ser que matar a un bebé en gestación con métodos cruentos no es tortura para ellos. Y tampoco se les ha visto manifestarse en defensa de las víctimas de atentados. Seguramente, los atentados, para ellos, deben ser una forma de "selección de la especie", pero tampoco una tortura.
Claro que, la tortura puede ser ejecutada de muchas maneras. Y una clase de tortura, en mi opinión, es precisamente ésta. Ensuciar el suelo de nuestros pueblos y ciudades con gilipolleces como la que podemos ver. Es una tortura insufrible para los ciudadanos que, como yo, aspiramos a tener una ciudad limpia de inmundicias como la que muestro.
Así que, querido "escribiente", tu también eres un torturador, un inculto y, además, un marrano.
Y, por si no te lo han dicho nunca, que lo dudo, eres tonto. Pero no un tonto cualquiera, no. Eres tonto de capirote.
Ve a tu casa y pinta el suelo de tu salón, por ejemplo, so cerdo. A ver lo que opinan los que viven en ella sobre la tortura.