Habiendo leído las entradas anteriores, la historia adquiere unos tintes dramáticos.Aparece en escena este galán que vemos aquí, joven, bello, fuerte, bien dotado, (como se puede apreciar), brillando con luz propia y dejando sin color alguno a cualquier rival que se cruce con él.
Y nuestra florecita, que ya es mamá, como es muy casquivana y más... coqueta que las gallinas, se queda prendada de él, abandona al marido y se marcha con el apuesto chulángano a vivir un romance apasionado. ¡Si es que son todas iguales! No piensan más que en lo mismo.
Me emocionó oír cómo, llorando, le contaba el pobre cornudo y apaleado marido su desgracia a otro colega florido.
- Mi mujer me ha dejado por otro - Le decía.
- ¿Y qué vas a hacer? - Le preguntó su interlocutor compadecido.
- Pues... ¡irme a vivir con ellos! No tengo otra.
(Continuará).


_filtered.jpg)

.jpg)






+copia.jpg)
